El suelo pélvico es el conjunto de músculos que sujeta y cierra la cavidad abdominal por la parte inferior. Incluye músculos como el pubocoxígeo, el iliocoxígeo o el puborrectal.
Aunque pueda no parecerlo, estos son músculos de vital importancia para la salud y su debilidad causa problemas muy graves al organismo.
En este artículo verás los principales problemas que puede acarrear un mal estado de los músculos del piso pélvico y las diferentes formas que hay de tratarlos.
Problemas derivados de la falta de musculatura en el suelo pélvico
Con un sencillo examen médico que consiste en la observación de la musculatura del paciente en una posición similar a la de la defecación, haciendo fuerza para acentuar los síntomas, se pueden detectar muchos de los trastornos que causan la debilidad de estos músculos.
Incontinencia fecal o urinaria
Al debilitarse los músculos que rodean la zona, aparecen problemas como las pérdidas de orina o heces.
Esto también se manifiesta al sentir una gran urgencia de orinar o defecar o, directamente, al no poder controlar ambas acciones.
Esto se produce cuando la vejiga, la uretra o el recto ya no tienen la suficiente fuerza o se han desplazado.
Estreñimiento
Los problemas del piso pélvico también hacen que se estimulen los músculos equivocados en el momento menos indicado.
Este es el caso de los músculos perineales o rectales cuando se intenta expulsar heces.
Esto supone una dificultad añadida a la hora de defecar, que puede llegar a ser muy grave.
Prolapso pélvico
Se trata de hernias en los órganos de la zona pélvica, los cuales no están debidamente sujetos por los tejidos musculares que los rodean.
Lo que sucede es que estos se desprenden de su lugar dentro del cuerpo, causando una sensación muy molesta o incluso dolorosa en la vagina o el recto.
Esto puede afectar a órganos como: el intestino delgado, en cuyo caso el prolapso se denomina enterocele; la vejiga o cistocele; el recto o rectocele o la uretra o uretrocele.
Tratamientos de los trastornos del suelo pélvico
En los últimos tiempos, se ha buscado la forma más natural de tratar estos problemas tan graves:
Ejercicios de Kegel
Se trata de una forma de ejercitar los músculos del suelo pélvico que debe realizarse con la vejiga vacía.
Sentado o acostado, consiste en hace fuerza con estos músculos. Solo con estos, no con los muslos, abdominales o los glúteos. Se mantienen apretados 8 segundos y se descansan 10.
Los ejercicios de Kegel se deben repetir 10 veces 3 veces al día para notar mejoría.
Ejercicios hipopresivos
Son ejercicios abdominales perfectos para evitar tener problemas con el suelo pélvico. Es decir, no son útiles una vez que ya hemos sufrido los primeros síntomas.
Se trata de ejercicios basados en la mecánica de tensar y destensar los músculos abdominales, en vez de realizar movimientos y repeticiones.
Ayudan a ejercitar el “core”, los músculos abdominales que nos dan estabilidad al movernos.
Pesarios
Se trata de unos dispositivos que se introducen en la vagina para dar consistencia a la estructura del útero y los órganos que lo rodean como lo harían los músculos del suelo pélvico.
Se pueden llevar colocados mientras se mantienen relaciones sexuales sin que estos se noten ni impidan la penetración.
Cirugía
En los peores casos, siempre existe la opción de recolocar los órganos afectados mediante cirugía. Esta consiste en reforzar los tejidos debilitados del suelo pélvico, para devolverle al paciente su calidad de vida.