Seguro que muchas veces hemos escuchado de alguien que ha sufrido de una rotura del ligamento cruzado anterior. Pero, ¿dónde se encuentra? ¿Cómo es la recuperación de esta lesión? Desde Centros Cruz Navarro os explicamos todo acerca de ello.
¿Qué es el ligamento cruzado anterior (LCA)?
El ligamento cruzado anterior se trata de un ligamento situado en la parte interior de la rodilla, de tamaño pequeño, poco elástico y frágil, pero de gran funcionalidad. Se encuentra de forma cruzada, en el eje central de la rodilla, entre el fémur y la tibia.
Entre sus funciones se destaca la de participar en todas las posiciones de estabilidad, evitar el desplazamiento hacia delante del fémur sobre la tibia y estabilizar la rodilla cuando existe una rotación.
¿Cómo suele suceder la rotura del ligamento cruzado anterior?
La rotura de este ligamento puede provocarse de distintas maneras. Puede darse tras un cambio brusco de la dirección de la rodilla, una desaceleración muy fuerte, una contusión directa o un mal apoyo del pie en el suelo. Son más frecuentes las lesiones sin trauma directo.
¿Es muy frecuente este tipo de rotura?
La rotura del ligamento cruzado anterior es la más común y la más grave, teniendo una incidencia de unos 3.000 casos al año. El colectivo más propenso son los deportistas, originándose un 78% de los casos en practicantes de fútbol, béisbol, baloncesto y esquí.
¿Qué cuadro clínico presenta la rotura del ligamento cruzado anterior y cómo diagnosticarlo?
Los síntomas de esta rotura son los siguientes:
- Oído de un chasquido.
- Intenso dolor en la zona.
- Dificultad para apoyar la pierna, incluso no poderla usar para desplazarse.
- Inestabilidad en la rodilla
- Posible derrame hemático o sangrado interno en la zona.
En cuánto a su diagnóstico, para determinar si el paciente sufre esta lesión el especialista realizará una exploración seguida de varias pruebas de imagen como la resonancia magnética.
¿Cómo es el tratamiento?
La rotura del ligamento cruzado anterior no se puede curar como otras roturas, con reposo y otros tratamientos conservadores. El LCA en la mayoría de casos debe ser intervenido quirúrgicamente, reconstruyéndolo o realizando un injerto, sustituyendo el ligamento roto por autoinjerto o por aloinjertos (obtenidos de un cadáver).
Se recomienda sobretodo la artroscopia, realizada con instrumentos endoscópicos.
Antes de la operación, para reducir la hinchazón inicial, el paciente deberá tener reposo absoluto al menos dos semanas, a ser posible con la pierna en alto, realizar un tratamiento de crioterapia (aplicación de hielo entre 10 y 15 minutos cada dos horas), llevar un vendaje compresor y cuando pueda estabilizarse, hacer uso de apoyos para caminar.
Si el tiempo de espera para la intervención se alarga mucho, se recomienda que el afectado realice trabajos de rehabilitación de la zona para fortalecer la musculatura y evitar la atrofia.
¿Cómo es la rehabilitación de la rotura de LCA?
La rehabilitación y tiempos de recuperación del ligamento cruzado anterior son duraderas, pudiendo alargarse entre los 6 y los 10 meses, por ello es muy importante empezar el tratamiento de forma rápida pero cuidadosa.
Tras la operación (valorada por el especialista, sobre todo en casos en que sea importante mantener la actividad física), el paciente deberá continuar con el tratamiento inicial anterior a ella y complementarlo con ejercicios de flexibilización y del arco articular, así como de fortalecimiento de cuádriceps e isquiotibiales y reeducación de la marcha junto a un fisioterapeuta.
Además, el especialista podrá aplicar otras técnicas complementarias como vendajes neuromusculares, ultrasonidos, cinesterapia y masajes para acelerar la recuperación.
Si tienes dudas acerca del tratamiento de rotura del ligamento cruzado anterior, o precisas de mayor información no dudes en ponerte en contacto con nosotros.