Una de las más frecuentes lesiones en el pádel es el desgarro muscular. En el siguiente artículo veremos cómo se producen, qué tipos de desgarros existen y cuáles son los tratamientos que deben seguirse cuando nos encontramos en esta situación.
¿Por qué se dan los desgarros musculares en pádel?
Al ser un deporte de contacto, no es extraño que se produzcan desgarros musculares jugando al pádel. Podemos sufrir traumatismos por chocar con un compañero o con el cristal e incluso al darnos un golpe con la propia pala, realizar un mal esfuerzo o someternos a una fatiga muscular intensa; todas esas situaciones pueden ser causa de un desgarro.
Del mismo modo, no calentar o no hacerlo de forma adecuada antes de jugar es otro de los motivos por los que surgen los desgarros musculares, por lo que es importante tomarnos nuestro tiempo para preparar todos los músculos por medio de ejercicios de calentamiento y estiramiento.
Por último, una mala circulación sanguínea, ser sedentarios, la desnutrición o algunas enfermedades como la diabetes pueden aumentar también nuestras posibilidades de sufrir este tipo de lesión mientras jugamos.
¿Qué tipo de desgarros existen?
Según su gravedad, podemos decir que existen desgarros de grado leve, moderado y grave. Los primeros consisten en un estiramiento o rotura de alguna fibra muscular que hace que experimentemos una molestia ligera. Son los menos graves y no impiden apenas la movilidad.
Por otro lado, los desgarros de grado moderado son aquellos en los que existe una rotura de fibras de cierta consideración en el músculo o tendón. La palpación suele ser dolorosa y se producen pérdidas en la movilidad.
Por último, los desgarros de grado grave son aquellos que provocan una rotura total de las fibras musculares. La lesión se puede notar al palpar sobre la zona y el dolor es bastante más intenso que en los dos casos anteriores, afectando de forma muy considerable a la movilidad.
Otra clasificación de los desgarros musculares puede hacerse en función de las características. De este modo, podemos hablar de desgarro multifibrilar, fibrilar, miofacial, fascicular y total, así como de adherenciolisis.
¿Cómo se tratan los desgarros musculares?
Generalmente para tratar los desgarros musculares se emplea la técnica RICE, consistente en el reposo, la aplicación de hielo, la compresión con venda y la elevación del miembro lesionado. Sin embargo, tanto la duración del tratamiento como las técnicas empleadas van a variar en función de la gravedad de la lesión.
En un desgarro leve pueden ser suficientes ocho días para recuperarse, mientras que en los casos más graves pueden necesitarse hasta tres semanas y puede ser preciso recurrir a la electroestimulación muscular, además de los tratamientos isométricos e isocinéticos habituales.
Tratamiento con INDIBA
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