Los isquiotibiales son los grupos musculares que se sitúan en la parte posterior del muslo, concretamente entre la cadera y la rodilla. Son los músculos de nuestro cuerpo que más se sobrecargan y sufren a lo largo del día, debido al peso que soportan. Su importancia radica en que permiten tanto flexionar las piernas como el movimiento de las caderas y se ponen en funcionamiento al andar, correr y realizar un amplio abanico de movimientos.
Por qué se acortan los isquiotibiales
En ocasiones, tras practicar ejercicio, puede que estos músculos se acorten. Eso genera rigidez en la zona, dolor e incluso calambres. Aunque el síndrome de los isquiotibiales también puede producirse sin hacer deporte.
El acortamiento de estos grupos musculares se produce al acumularse tensión. En el momento en el que se detectan los síntomas, lo primero que hay hacer es acudir al especialista. Si se prolongan los síntomas sin tratar, se puede producir un aplanamiento lumbar, errores posturales, lesiones articulares o disminución tanto en la extensión como en la flexión de rodillas y cadera.
Causas y síntomas de los isquiotibiales cortos
Un hiperestiramiento excesivo del músculo debido a la práctica de actividades como la danza, en las que se realizan estiramientos habituales, puede producir este síndrome. También los desplazamientos concéntricos realizados a una gran velocidad, los cuales son movimientos muy habituales en una carrera sostenida y en deportes como el fútbol.
Otra de las lesiones temidas por los deportistas, en concreto por los futbolistas, es la llamada lesión en cremallera. Puede aparecer por una pequeña lesión en el bíceps que va avanzando a lo largo del músculo y rompe las fibras musculares. Este daño es de difícil recuperación porque las recaídas son muy habituales.
Hay diferentes niveles de gravedad de esta patología. Los síntomas de los isquiotibiales cortos pueden ser variables, aunque algunos suelen ser comunes. Se puede destacar el dolor intenso, muchas veces acompañado de un chasquido perceptible por el oído humano. Además, incapacita para seguir andando o corriendo. Produce hinchazón en la zona, que suele ir acompañada de algún hematoma. Aparece debilidad en las piernas, alta sensibilidad al contacto e inflamación.
Cómo valorar el estado de los isquiotibiales
Existen diferentes técnicas o ejercicios que nos van a decir si sufrimos el síndrome de los isquiotibiales cortos.
Primer ejercicio
- Sentarse en el suelo con la espalda recta.
- Inclinarse hacia delante hasta tocar con los dedos de la mano la punta de los pies.
- Si los isquiotibiales están bien se llega a tocar con bastante facilidad.
- También pueden faltar hasta unos cinco centímetros para tocar y ser completamente normal.
- Si hay mayor distancia entre los dedos de las manos y los pies, estos músculos estarían acortados.
Segundo ejercicio
- Se parte de una posiciónde pie.
- Hay que doblar la espalda hasta tocar las puntas de los pies con las manos.
- Si faltan unos cinco centímetros para llegar es síntoma de isquiotibiales cortos, pero con moderación.
- Si la diferencia hasta llegar a tocar los pies oscila entre seis y quince centímetros, ya se trataría de un síndrome de los isquiotibiales importante que hay que solucionar cuanto antes.
Tercer ejercicio
Para descartar posibles síntomas de isquiotibiales cortos.
- Tumbarse y elevar las piernas con las rodillas estiradas.
- En esta posición se deberían elevar del suelo hasta los 75 grados.
- Si no se pasa de los 60 grados, estaríamos ante un problema muscular y habría que visitar al especialista.