Si trabajáis en una cadena de montaje por ejemplo, en la que debéis realizar la misma acción una y otras vez durante largos períodos de tiempo es posible que hayáis notado dolores o molestias localizadas, presumiblemente causadas por este patrón de movimientos. Estos dolores o molestias pueden aparecer en cualquier profesión o actividad que requiera movimientos repetitivos, siendo signos de posibles lesiones articulares, denominadas lesiones por esfuerzo repetitivo (LER).
Desde Centres Cruz Navarro, expertos en rehabilitación en Barcelona, os explicamos qué relación tienen estos movimientos continuos con la aparición de lesiones musculoesqueléticas, dónde suelen aparecer, qué clases de LER existen, cuáles son sus síntomas, qué factores de riesgo pueden facilitar su aparición y cómo podemos actuar para prevenirlas y tratarlas.
¿Qué son las lesiones por esfuerzo repetitivo y dónde aparecen?
Como hemos avanzado, las lesiones por esfuerzo repetitivo son aquellas lesiones que se pueden asociar claramente a la realización de una actividad concreta, de forma sostenida en el tiempo y de forma repetitiva, con aplicación o no de fuerza.
Aunque la mayor parte de las lesiones de este tipo aparecen en la parte superior del cuerpo (manos, muñecas, codos, hombros y cervicales) pero pueden darse en cualquier parte del cuerpo.
¿Qué tipos de LER existen?
Las lesiones por esfuerzo repetitivo se pueden clasificar en los tipos 1 y 2 dependiendo, respectivamente, de si pueden atribuirse claramente a una patología clara, o si sus molestias y origen son difusos.
Síntomas de las lesiones por esfuerzo repetitivo
Los síntomas de las LER dependen de la zona a la que afecten, ein embargo, se pueden definir los siguientes síntomas generales:
- Dolor.
- Debilidad muscular,
- Adormecimiento de la zona.
- Hormigues o calambres.
- Rigidez.
- Hinchazón.
En algunos casos, debido a la rigidez y el dolor, se puede llegar a producir limitaciones de movilidad.
Factores de riesgo que contribuyen a la aparición de las lesiones por esfuerzo repetitivo
Como hemos comentado, la causa de estas lesiones, se debe a la realización de un sobreesfuerzo continuo en una zona concreta, que al acumularse, produce daños.
Sin embargo, más allá de esto, existen algunos factores que pueden facilitar su aparición o empeorar sus efectos, como son aplicar fuerza o resistencia, adoptar posturas incómodas, realizar movimientos bruscos o rápidos, utlizar equipos de vibración o trabajar en ambientes fríos que nos lleven a contraernos.
¿Cómo debemos actuar para prevenir y tratar las lesiones por esfuerzo repetitivo?
Si es posible tomar un descanso de la actividad que produce la lesión, o almenos, cambiar de actividad y alternar movimientos, esto ayudará a prevenir el sobreesfuerzo articular y en el caso de que exista una lesión, permitir que esta mejore.
Si no es posible cambiar la actividad, será beneficioso que realicemos descansos para no saturar demasiado la zona.
Además, es importante que tengamos en cuenta los factores de riesgo mencionados y actuar en consecuencia (trabajar a temperatura adecuada, en posiciones cómodas, con el material adecuado).
Más allá de lo que podemos hacer en el trabajo, es fundamental, que trabajemos nuestro cuerpo mediante estiramientos, que sigamos una alimentación sana y descansemos bien, pues esto contribuye a la salud musculoesquelética.
Finalmente, visitar a un profesional de la fisioterapia nos será de ayuda para identificar el problema, tratarlo y aliviarlo y también para que nos aporte pautas para que estas situaciones no se repitan.
Si precisáis de mayor información os recomendamos seguir los artículos de nuestro blog y conocer nuestros servicios, y os invitamos a poneros en contacto con nosotros sin compromiso. ¡Que ninguna molestia os pare en el trabajo!