La gota es una variedad de la artritis que se caracteriza por la presencia de rigidez, dolor e inflamación articular.
Este trastorno es uno de los más comunes a nivel metabólico y se produce debido a un aumento y acumulación de ácido úrico en la sangre.
El ácido úrico se produce tras la descomposición de las purinas como la guanina y adenina, presentes en el cuerpo humano y los alimentos. Normalmente este ácido se elimina mediante la orina. Si el proceso de expulsión no se realiza correctamente, el ácido úrico puede acumularse en forma de cristales en las articulaciones.
¿Cuáles son los síntomas de la gota?
La gota se distingue por aparecer de forma repentina y con intenso dolor, inflamación, enrojecimiento y sensibilidad en las zonas afectadas, en la mayoría de los casos afectando en primer lugar al dedo gordo del pie.
Los síntomas también pueden aparecer en talones, tobillos, rodillas, dedos, codos y muñecas.
¿Qué causas tiene la gota?
Como hemos avanzado anteriormente, la causa principal de la gota es una acumulación de ácido úrico. Como factores de riesgo para padecerla se presentan el sobrepeso y la obesidad, la edad avanzada, antecedentes familiares, consumo de alcohol y dieta rica en purinas (carnes rojas, pescados, mariscos y levadura), consumo de medicamentos diuréticos, anti rechazo o usados en quimioterapia, o afecciones no tratadas como la diabetes, colesterol alto o presión arterial alta.
¿Cómo podemos prevenir y actuar frente a un ataque de gota?
Para poder prevenir la gota, es importante tener en cuenta las posibles causas que esta puede tener. Es importante que cuidemos nuestra alimentación, moderando el consumo de grasas, y evitemos el sobrepeso y el alcohol.
Así mismo, si estamos presentando los síntomas de un ataque de gota es importante que acudamos a un especialista para que determine el tratamiento, normalmente farmacológico.
¿Cómo puede ayudarnos la fisioterapia?
Una vez se conozca el origen de la enfermedad y se haya realizado un diagnóstico por un reumatólogo, el fisioterapeuta podrá colaborar en la disminución de estos síntomas, como el dolor y la limitación articular.
Para el fisioterapeuta podrá valerse de varias técnicas, como la terapia manual, la cinesiterapia (la aplicación de resistencia durante el movimiento), la electroterapia o uso de microcorrientes, el ultrasonido, el láser terapéutico, los masajes y los ejercicios terapéuticos.
El fisioterapeuta también podrá recomendar realizar dos veces al día ejercicios para mejorar la circulación y el drenaje, así como ejercicios de relajación.
La práctica de ejercicios no solo ayudará a mejorar los síntomas, si no también a evitar la pérdida de rango y capacidad de movimiento articular, haciendo que el paciente pueda poco a poco retomar su calidad de vida y normalidad.
Una buena opción de ejercicios además de realizar los recomendados por el experto y caminar, es realizar actividades acuáticas. Para las personas con gota, el agua templada mejora su condición, mejorando sus síntomas. Además, la resistencia en el agua hace que la articulación se vaya adaptando al movimiento sin dolor.
Si sufres de gota o precisas de mayor información acerca de estos tratamientos u otros servicios de fisioterapia, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.