El estrés afecta a todas las áreas de nuestra vida y el deporte no iba a ser menos. Cuando nos sentimos estresados todo nuestro cuerpo lo nota, más aún si se trata de una situación mantenida en el tiempo que nos hace vivir en un estado de permanente alerta.
Qué es el estrés
El estado de alerta característico del estrés significa que nuestros sentidos están atentos a cualquier estímulo, lo que nos permite rendir más en determinados momentos y responder mejor a los estímulos. Sin embargo, cuando se mantiene en el tiempo es perjudicial para la salud. Termina por desgastar el estado físico y mental y, no solo no conseguimos responder como querríamos en algunas situaciones, sino que, además, nos estamos perjudicando inconscientemente a nosotros mismos.
Causas del estrés en el deportista
Las causas del estrés pueden ser generales o específicas del ámbito deportivo. Veamos ambos tipos:
1. Generales
Son las causas que pueden generar estrés a cualquier persona. Por ejemplo: problemas financieros, muerte de un ser querido, divorcio, etc. Por otra parte, el temperamento del individuo es importante también, pues puede hacerle sentir estresado en situaciones que no deberían ser motivo para ello, como por ejemplo una discusión sobre algún tema sin importancia.
2. Específicas del deporte
Pueden ser causas derivadas de la exigencia (competiciones duras, entrenamientos también duros, sentimiento de soledad debido a los desplazamientos de las competiciones, etc.). También pueden estar relacionadas con la práctica deportiva en general (las relaciones con los compañeros, los objetivos planteados, la dificultad de mantener unas rutinas…).
Relación entre estrés y lesiones deportivas
Hay algunos elementos del estrés que pueden estar encaminándonos a una lesión:
- Que el estrés haya debilitado el sistema inmune.
- Que el deporte sea una válvula de escape del estrés que nos haga abusar del ejercicio.
- Que el estrés nos haga disminuir la atención en nuestros actos.
- Que aparezcan cansancio y agotamiento debidos al estrés, propiciando la lesión.
- Que, al vivir una situación deportiva estresante, se busque la lesión inconscientemente para poder escapar de dicha situación.
Hábitos para gestionar el estrés
· Optimismo
Al contrario de lo que mucha gente cree, se puede aprender a ser optimista y positivo. Lo que sucede es que las cosas no ocurren sin esfuerzo, por lo que se trata de un trabajo diario que hemos de poner en práctica si queremos obtener resultados. Una persona positiva es capaz de resistir, sin dramatizar, gran cantidad de situaciones diferentes. Una persona optimista es más fuerte.
· Autoestima
Trabajar el amor propio es fundamental en todos los aspectos de la vida. En el deporte, nos vendrá muy bien saber que, aunque está bien luchar por nuestros objetivos, nosotros tenemos valor como persona, sin más, antes que como deportista. Y lo seguiremos teniendo suceda lo que suceda.
· Apoyo social
Tener una red social es básico para combatir los efectos del estrés (familia, amigos, club).
· Flexibilidad
Este aspecto implica que sepamos adaptarnos a los cambios sin sufrir, sin resistirnos a ellos. También aquí se engloba el ser más flexibles con nosotros mismos y huir del perfeccionismo. La trampa del perfeccionismo hace que ningún esfuerzo sea nunca suficiente.
· Gestión del tiempo
Este punto es fundamental para evitar el estrés. Conseguiremos ser dueños de nuestro tiempo (al no permitir interrupciones) y sacar tiempo para cada actividad. También seremos conscientes cuando una actividad “no cabe” en las 24 horas de un día, lo que es muy positivo.
Otros aspectos a tener en cuenta son la calidad del sueño, la alimentación, utilizar técnicas de relajación… En definitiva, todas las herramientas que nos sirvan para poner remedio al estrés serán aliadas para evitar las lesiones asociadas al mismo. ¡Anímate hoy a ponerlas en marcha!