Ictus: Secuelas musculoesqueléticas

El ictus es un accidente cerebrovascular con una incidencia de más 125.000 casos anuales solo en España, de los cuales, cerca de 80.000 afectados fallecerán o quedarán incapacitados de por vida de alguna manera. El ictus es la segunda causa de muerte en el mundo y en España, la primera causa en mujeres.

Con el objetivo de informar y concienciar a la población sobre esta enfermedad, cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el ictus, enfermedad que puede producir múltiples secuelas, como varios problemas musculoesqueléticos.

Desde Centres Cruz Navarro, expertos en Rehabilitación en Barcelona, os explicamos qué es un ictus, cómo prevenirlo e identificarlo y qué secuelas a nivel motriz puede provocar.

Ictus: ¿Qué es y cuáles son sus causas?

El ictus, del latín “golpe”, es el accidente o consecuencia de una interrupción súbita del flujo sanguíneo (isquemia) que al no llegar de forma adecuada al cerebro, afecta a la zona y a su funcionamiento (de forma transitoria o permanente).

Dependiendo del tipo de interrupción del flujo de sangre hablaremos de ictus isquémico (el más común) o ictus hemorrágico.

En el ictus isquémico se produce cuando se da una obstrucción del flujo sanguíneo, mientras que el hemorrágico, se produce cuando  un vaso sanguíneo se rompe y se da una salida de sangre.

Las causas del ictus pueden ser muy variadas, como inflamación de las arterias, trastornos del ritmo cardíaco, trombosis, procesos degenerativos, presión arterial alta,  o traumatismos, entre otras.

Síntomas y pistas para reconocer un ictus

La detección temprana del ictus es fundamental, ya que los tratamientos para ello funcionan mejor en las 4’5 primeras horas tras la aparición de síntomas.

Las señales de alerta de un ictus son las siguientes:

  • Pérdida de fuerza muscular en un lateral del cuerpo y de manera brusca.
  • Hormigueos.
  • Alteraciones repentinas del habla, el equilibrio y la visión.
  • Dolor de cabeza súbito e intenso.

Secuelas de un ictus a nivel musculoesquelético

Al tratarse de una pausa o pérdida del flujo sanguíneo, el ictus provoca que la sangre no llegue a ciertas zonas del cerebro que controlan otros puntos del organismo, o que estos puntos, como las extremidades, no funcionen correctamente al no llegarles oxígeno y nutrientes.

Algunas secuelas que puede dejar el ictus en este aspecto son las siguientes:

Problemas de motricidad

El ictus paraliza una o varias zonas del cuerpo y es imposible su movimiento de forma total, o se produce una pérdida de fuerza tan intensa que no es posible el correcto movimiento. También se pueden producir problemas en la coordinación y el equilibrio, causando mayor riesgo de caídas.

Contracción muscular

Tras este padecimiento, los músculos pueden contraerse de manera permanente y dolorosa, produciendo contracturas, rigidez y problemas de movilidad.

Dolor y cambios en la sensibilidad

Se puede sentir dolor similar a la quemazón,  con intensificación al tacto. También pueden sentirse hormigueos o perder la sensibilidad.

Dificultad para controlar los esfínteres y para articular el habla.

La fisioterapia en estos casos

La fisioterapia, ya sea en las fases iniciales tras este accidente o tras mucho tiempo desde que sucedió, es siempre beneficiosa ya que el fisioterapeuta ayudará al paciente a realizar ejercicio para mejorar la movilidad y mejorar los efectos tales como la rigidez o los cambios de sensibilidad, y a mejorar su seguridad y calidad de vida.

Si precisáis de mayor información acerca de este u otros problemas, así como de nuestros servicios, os invitamos a que sigáis los artículos de nuestro blog o a que os pongáis en contacto con nosotros sin compromiso.

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