Dolor de brazo y reducción de movilidad: tendinitis de hombro

Una tendinitis de hombro es una patología común que cursa con dolor de brazo, por lo general focalizado en la zona de los hombros.

Los hombros, que están constituidos por varias articulaciones que combinan tendones y músculos, son una parte de nuestro cuerpo propensa a la sobrecarga muscular. Cuando los tendones, estructuras que se encargan de unir hueso y músculo, se inflaman, estamos hablando de tendinitis. Dolorosa y molesta, la tendinitis de hombro (también conocida como tendinitis del manguito rotador) tiene además un alto índice de reincidencia, con riesgo de convertirse en un malestar crónico.

Los deportistas son los mayores afectados

Aunque es una afección estrechamente relacionada con el envejecimiento celular, pues músculos y tendones van perdiendo elasticidad con el paso del tiempo, no son solo las personas de mediana edad las afectadas. Atletas de competencias tales como natación, tenis, golf y otros en donde se exija la participación de hombros y brazos, son especialmente vulnerables, viéndose expuestos a edades tempranas.

Puede interferir con la vida diaria

La lesión normalmente se manifiesta a través de una inflamación local y palpable en la parte frontal del hombro. En primeras instancias está acompañado de un dolor entre leve a moderado que no desaparece en reposo y se extiende hasta la zona lateral del brazo. Conforme la lesión se acentúa los episodios pueden comenzar a entorpecer la vida diaria, ya que la movilidad de la articulación queda notablemente reducida, dando paso a que también la falta de movilidad del brazo se haga visible. Problemas a la hora de mover este hacia delante, atrás y hacia arriba (colocación de objetos en un estante, por ejemplo) pueden convertirse en una tarea insoportable, restringiendo en gran medida muchas de nuestras actividades diarias.

Tratamientos tradicionales

El tratamiento puede ser algo largo y tedioso. El primer paso suele ser la receta de antiinflamatorios, al tiempo que se inmoviliza la zona afectada durante unas semanas. También alternar compresas de frío y calor, en periodos de unos veinte minutos, puede ayudar a controlar y disminuir el dolor. Aún así, tras este tiempo de reposo, es necesario ponerse en las manos de un especialista para realizar una terapia física que nos permita restablecer el movimiento normal del hombro.

Si tras este tiempo de reposo la mejoría no es notable y el dolor continúa como algo persistente, las inyecciones de corticosteroides pueden utilizarse también como medicamento antiinflamatorio.

Si nada de esto funciona o la reincidencia es elevada, su médico podría recomendar cirugía.

Tratamiento de ondas de choque

En Centres Cruz Navarro, trabajamos la recuperación de las lesiones para conseguir una mejora en la calidad de vida, por eso estudiamos y ofrecemos los tratamientos más innovadores.

El tratamiento por ondas de choque es rápido, seguro y eficaz, con unas grandes tasas de éxito. Indicado para muchas patologías que se han convertido en crónicas, puede evitar infiltraciones e incluso una operación.

¿Pero qué es exactamente este tratamiento? Las ondas de choque son ondas acústicas de alta presión y energía. El tratamiento, en concreto, consiste en la descarga de energía de la onda de choque en la región donde los tejidos se encuentren afectados. Así, a través de la compresión y tensión de estas células, se da como resultado un efecto fisiológico positivo que se considera responsable de la estimulación de las células normales y dañadas para producir factores de regeneración.

El tratamiento suele realizarse una vez cada dos semanas, con un proceso terapéutico total que dura entre doce y dieciséis semanas. Para ampliar esta información basta con una visita a cualquiera de nuestros centros, donde personal especializado atiende con profesionalidad y, además, con la de tranquilidad de que la primera visita es gratuita.

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