La claudicación intermitente es una afección que afecta la movilidad de quienes la padecen, generando limitaciones significativas en su capacidad para caminar o realizar actividades físicas. Esta condición, también conocida como enfermedad arterial periférica (EAP), se caracteriza por el estrechamiento de las arterias que suministran sangre a las extremidades inferiores, lo que resulta en una reducción del flujo sanguíneo hacia los músculos de las piernas. Desde Centres Cruz Navarro, expertos en fisioterapia en Barcelona, hoy hablamos sobre ella.
Causas y síntomas de claudicación intermitente
Sus causas principales están relacionadas con la acumulación de placa en las arterias, un proceso conocido como aterosclerosis.
Factores como el tabaquismo, la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes y el sedentarismo pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad.
Cuando las arterias se estrechan debido a la acumulación de placa, se reduce el flujo sanguíneo hacia los músculos de las piernas, lo que provoca calambres, dolor o sensación de pesadez en las pantorrillas, muslos o glúteos al caminar o realizar actividades físicas.
Efectos y complicaciones de la claudicación intermitente
Puede tener efectos significativos en la calidad de vida de quienes la padecen. La limitación en la movilidad puede dificultar la realización de tareas cotidianas, así como participar en actividades recreativas o sociales.
Además, esta condición puede indicar un riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular, incluyendo ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, debido a la estrecha relación entre la enfermedad arterial periférica y la enfermedad cardiovascular en general.
Tratamientos para la claudicación intermitente
El tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida del paciente y reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Esto puede incluir cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, adoptar una dieta saludable y realizar ejercicio y fisioterapia regularmente. La fisioterapia ayudará a mejorar los síntomas y a la vez a fortalecer las extremidades inferiores.
Además, los médicos pueden recetar medicamentos para controlar la presión arterial, el colesterol y la diabetes, así como para mejorar la circulación sanguínea.
En casos más graves, puede ser necesario recurrir a procedimientos quirúrgicos, como angioplastia o cirugía de derivación arterial, para restaurar el flujo sanguíneo hacia las piernas.
Prevención de la claudicación intermitente
Si bien no siempre es posible prevenirla completamente, existen medidas que pueden reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y evitar el tabaquismo, puede ayudar a mantener las arterias sanas y prevenir la acumulación de placa. Además, es importante controlar los factores de riesgo cardiovascular, como la presión arterial, el colesterol y la glucosa en sangre, mediante chequeos regulares con un médico.
En conclusión, la claudicación intermitente es una condición que afecta la movilidad de quienes la padecen debido al estrechamiento de las arterias que suministran sangre a las piernas. Conocer sus causas, síntomas y efectos es fundamental para buscar un tratamiento adecuado y reducir el riesgo de complicaciones. Adoptar un estilo de vida saludable y controlar los factores de riesgo cardiovascular son pasos importantes en la prevención de esta enfermedad.
Si queréis saber más sobre ella o consultarnos vuestro caso, no dudéis en poneros en contacto con nosotros para concertar una cita.